Se llevó a cabo una capacitación sobre Prácticas Aéreas Seguras para bomberos voluntarios de distintas localidades de la Provincia de Córdoba.
En la oportunidad, participaron más de 100 miembros de fuerzas que intervienen en situaciones de incendio, en una formación que contó con una modalidad teórica y otra práctica, incluyendo un simulacro con un avión hidrante.
La actividad, que se desarrolló en Fadea, fue dictada por un equipo de instructores especializados en el Sistema Integral de Manejo del Fuego.
Los principales guías de la formación fueron el Coordinador Aéreo de la Gestión Integral de Manejo del Fuego, Néstor García, y el piloto de la Dirección Provincial de Aviación, Alejandro Luiten.
“La articulación entre medios aéreos y bomberos implica una serie de conocimientos específicos que son cruciales tanto para combatir el fuego como para garantizar la seguridad de todos los que intervienen en los operativos”, explicó Roberto Schreiner, vocero de la Secretaría de Prevención de Riesgo.
En una operación de combate de incendios, los aviones hidrantes que requieren de recargar su suministro de agua, son asistidos por los bomberos, dado que el piloto no puede bajar de la aeronave. Además, están encargados de supervisar las pistas de aterrizaje con el objetivo de detectar riesgos y peligros para quien maneja la aeronave.
La recarga tarda aproximadamente cuatro minutos. El avión no se apaga con el objetivo de no perder tiempo, lo cual implica que las hélices siguen dando vueltas. Por lo tanto, hay que ejecutar la tarea con extremo cuidado y precisión.
En ese sentido, la capacitación contó primero con una parte teórica, la cual consistió en la proyección de recursos audiovisuales para demostrar qué es lo que se debe hacer a la hora de trabajar en conjunto con los pilotos de las diferentes aeronaves.
“La comunicación hace a la seguridad. Lo importante de este tipo de capacitaciones es enseñar cómo hacer este trabajo articulado entre bomberos y pilotos de manera segura”, explicó García.
Sobre la importancia de fortalecer los conocimientos en materia de seguridad aérea, el vocero agregó: «Somos todos engranajes de un reloj que tiene que funcionar a la perfección. No hay margen de error. Los bomberos siempre estamos al borde del peligro y tenemos que estar preparados para afrontar esos riesgos».
Con respecto a la modalidad práctica, se desarrolló una demostración detallada a los bomberos sobre cómo ejecutar la recarga del suministro de agua de manera correcta.
A su vez, los instructores hicieron un recorrido por las características del avión con el que se realizaron las prácticas. Se trata de un Air Tractor AT-802, de cabina para una persona y con capacidad de descarga de 3.000 litros de agua. El objetivo de este tipo de aeronaves es llegar a áreas de difícil acceso para los equipos terrestres, además que permite transportar una cantidad sustancial de agua a medianas y largas distancias.
Luego de la exposición, se realizó un simulacro en vistas de demostrar cómo operan los aviones hidrantes en misiones de descarga de agua.
“Son los bomberos los que cargan los aviones, los que nos dirigen. La confianza que tiene que haber entre ambas partes es clave para ejecutar efectivamente una operación. Ahí se encuentra la importancia de estas capacitaciones», destacó el piloto Luiten.
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