
Luego de la pandemia, las necesidades y los deseos de los viajeros cambiaron. Un mayor contacto con la naturaleza, viajes que propicien la desconexión y experiencias que ayuden a la salud física y mental comenzaron a ser cada vez más elegidas. Según un estudio realizado por la plataforma Booking.com, un 66% de los viajeros encuestados revelaron que pagarían por un viaje cuyo único propósito fuera extender su esperanza de vida y su bienestar.
Otro de los números que arrojó este estudio es que el 70% de los viajeros están interesados en itinerarios que le den una vuelta de tuerca a los retiros de bienestar tradicionales donde se dejan de lado las soluciones temporales en pos de una vida más larga y saludable. La revitalización profunda es la prioridad máxima, con distintas opciones como la vibración corporal (63%), terapias de luz roja (56%), crioterapia (50%) y tratamientos con células madre (56%). Más de dos tercios (79%) están buscando nuevas actividades de bienestar que puedan incorporar a su vida diaria mientras se reconectan con una versión personal más equilibrada, lo que incluye aprender sobre la ingesta programada de café (31%) y terapia intravenosa (22%).
“Tomarse unas vacaciones nos ayuda a desconectarnos de los problemas cotidianos, hacer un alto en la rutina y muchas veces aprovechar el tiempo para re proyectar nuestra vida. Sin embargo, las vacaciones tradicionales no aseguran siempre un verdadero descanso, incluso conllevan excesos alimenticios y físicos. Cuando el objetivo de las vacaciones, más allá de conocer otros lugares y culturas, es recuperar energías, volver a sentirse bien y mejorar el estado físico, emocional y mental, entonces el destino debe ser cuidadosamente seleccionado y es ahí en donde los lugares como La Posada del Qenti, entre otros, toma protagonismo: Centros de Bienestar inmersos en la naturaleza, con un centro médico y con servicio hotelero de excelencia”, explica Miguel Cane, director médico de La Posada del Qenti, un centro de bienestar médico con más de 30 años de trayectoria.
Uno de sus planes está específicamente orientado a este tipo de demandas e implica una serie de actividades y tratamientos que busca retrasar los signos de envejecimiento y lograr una revitalización biológica aplicando algunos de estos tratamientos. “Lo que ofrecemos aquí en Córdoba son las mismas terapias que se realizan en Suiza, pero a un costo muchísimo menor y más cerca! El foco en las terapias de revitalización tiene que ver con no solamente disfrutar el hoy, sino pensar también en el mañana, es sentirse joven mucho más tiempo y ganar en calidad de vida para el futuro”, agrega.
La crioterapia (tratamiento que se realiza con frío), por ejemplo, se utiliza para acelerar la recuperación de los músculos, reducir dolores y tratar lesiones; las terapias con células madre sirven tanto para tratar diferentes enfermedades como para estimular el rejuvenecimiento de la piel y la producción de colágeno; por su parte las de luz roja, por su parte, pueden ayudar a rejuvenecer la piel, mejorar cicatrices y la recuperación muscular.
Un sector que no parará de crecer
En este contexto, muchos destinos y emprendimientos turísticos comenzaron a sumar a sus propuestas diferentes actividades y servicios que pudieran satisfacer estas nuevas necesidades de viajeros. De hecho, según el Global Wellness Institute, una organización sin fines de lucro que se dedica a la investigación de la industria del bienestar, calculó que entre 2020 y 2022 el turismo de bienestar creció un 36% anualmente alcanzando los 651 millones de dólares.
“El turismo de bienestar está en plena evolución y crecimiento, aún así son muy pocos los lugares que encaran este objetivo de manera seria y responsable. Un destino de bienestar no debe ser solamente un hotel con spa o con comidas vegetarianas. Va mucho más allá de eso: implica controles médicos, seguimiento nutricional, actividad física coordinada por profesionales, y un equipo de salud que sustente científicamente la recuperación, para que no quede solo en una promesa. Por supuesto esta tendencia responde a una necesidad del mercado; hoy el mundo está más estresado, mal alimentado y padeciendo física y emocionalmente el abate de los excesos. El turismo de bienestar, llegó para recuperar la salud de las personas mientras están de vacaciones, una combinación infalible para un mundo intoxicado”, explica Cane.
El GWI proyecta que las cifras del turismo de bienestar se dupliquen para 2027, alcanzando 1.4 billones de gastos por parte de los turistas. En promedio se estima que el sector crecerá en un 16,6% anual convirtiéndose en el segundo líder en crecimiento futuro entre todos los sectores de bienestar, solo detrás del sector inmobiliario de bienestar con un 17,4%.
Extender la esperanza de vida, llegar en buen estado a la vejez o retrasar lo que más se pueda los signos de envejecimiento son necesidades que aparecieron con más fuerza luego de la pandemia. Los viajeros de hoy no sólo buscan descansar en sus vacaciones, sino también hacer lo que tengan a su alcance para vivir más y mejor.
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